¿Cómo viven los grandes millonarios? O mejor dicho, ¿cómo imaginamos que viven los grandes millonarios? Es muy probable que nos hagamos una idea equivocada de aspectos como sus hábitos de consumo, por ejemplo. Al menos según los hallazgos de Thomas J. Stanlley y William D. Danko en el libro El millonario de al lado (en inglés, The millionaire next door), publicado originalmente en 1996 como resultado de una extensa investigación para la que fueron entrevistados más de mil millonarios de distintos países.
Según sus conclusiones, una cosa es segura: los millonarios que han creado su propia fortuna tienen una gran aversión al despilfarro. De hecho, se documenta que la mayoría de ellos vive muy “por debajo de sus posibilidades” e incluso tiene rutinas que, considerando sus riquezas, podrían parecernos muy austeras.
A continuación, citamos algunas de las conclusiones principales de la investigación. Es importante resaltar que si bien pueden ser útiles para algún millonario, lo son, sobre todo, para los simples mortales que, día a día, luchan para evitar un déficit presupuestario en un contexto social que estimula el consumo desmedido. Veamos:
Viven por debajo de sus posibilidades
Claro, pensaríamos que es fácil para un multimillonario vivir por debajo de sus posibilidades; pues lo difícil sería que logre gastar tanto como gana. Pero no es tan simple. Están las evidencias de grandes fortunas que se han esfumado. Las personas muy ricas tienden a ser muy disciplinadas con los gastos, evitan el despilfarro y pueden llegar a ser, incluso, modestas. Al menos hasta 2014, Mark Zuckerberg tenía un auto valorado en menos de 30,000 dólares. (¡Cuánta gente de clase media, lejos de ser millonaria, están pagando el financiamiento de uno más costoso!). Conviene saber que, de acuerdo con las conclusiones de El millonario de al lado, apenas 23 de cada 100 millonarios adquieren autos nuevos, puesto que los compran sin incurrir en préstamos, y prefieren los de fabricación local por ser más baratos que los importados.
Planifican
Las entrevistas de Stanlley y Danko dan cuenta de que los propietarios de las mayores fortunas tienen en común el afán por la eficiencia. En ese sentido, dedican más tiempo que otras personas a la planificación financiera, a explorar oportunidades de inversión y a buscar buena asesoría. Diversifican sus inversiones, se fijan metas y son pacientes, pues en general las grandes fortunas crecen lentamente. Se destaca el hecho de que muchos de ellos no han realizado altos estudios porque han dedicado el tiempo a la construcción de sus fortunas. Con frecuencia son, sin embargo, grandes lectores. Algunas publicaciones indican que Bill Gate lee 4 libros al mes, Mark Zuckerberg lee un libro cada dos semanas y Warren Buffett pasa el 80% del tiempo de trabajo leyendo.
La planificación incluye mantener la disciplina de vivir con un salario establecido, separar las cuentas personales de las de las empresas y, claro, hacer presupuestos que cumplen con rigurosidad.
La independencia económica les importa más que la posición social
Para los millonarios, más importante que cuánto pueden ganar o gastar es cuánto crece su patrimonio cada año. Por eso “no viven como ricos antes de serlo”. Actúan a partir de que el consumo excesivo genera una gratificación inmediata, pero efímera, a diferencia del ahorro, que es el motor de la riqueza. La publicación indica que las personas con patrimonios millonarios muestran una tendencia a ser ahorrativas, a ser hijas o hijos de padres ahorrativos y a que su cónyuge sea incluso más ahorrativa o ahorrativo que ellos.
Impulsarse con independencia
El estudio halló que la mayoría de los ricos lograron hacer sus fortunas sin que sus padres les hayan proporcionado un apoyo financiero muy significativo (al 66% solo les cubrieron la educación). Se concluye que existe “una correlación negativa entre recibir fondos y acumular riquezas”. Se explica porque, cuando se les proporcionan elevadas sumas de dinero a los hijos, se promueve el estilo de vida costoso, en detrimento de la cultura del ahorro y la inversión.
Evitar la dependencia en los hijos
En correspondencia con su propia experiencia, muchos millonarios tienden a enseñarles a sus hijos a ser independientes financieramente. En estos casos, los hijos tienen más probabilidad de ser exitosos en la creación y administración de su propia riqueza.
Emprender
El 80% de los ricos en Estados Unidos son ricos de primera generación, es decir, que acumularon su propia fortuna. El estudio explica que existe “alta correlación positiva” entre emprender y acumular grandes riquezas. Es decir, que un emprendedor o profesional independiente tiene mayores probabilidades de convertirse en millonario que un empleado (y ni se diga, más que un asiduo jugador de la lotería). Los millonarios tienden a ser hábiles detectando oportunidades de negocios y le dedican buena parte de su jornada a estas exploraciones. Pero no olvidemos que, para emprender o independizarse, se requiere más que buena voluntad. Son incontables los casos de emprendimientos fallidos, incluso entre los propios millonarios.